A la gente no le importa cuánto sabes, hasta que saben cuánto te importan.
Theodore Roosevelt
Acabo de terminar de leer el fabuloso libro “Todos comunican, pocos conectan”, del autor John Maxwell. Fue toda una revelación.
El libro me ayudo a entender algo que ocurrió en una ocasión en la que un amigo y yo dimos una presentación.
En aquella ocasión, el tema que presenté era el mejor que tenía, lo ensayé a conciencia y di todo mi esfuerzo en la presentación. Al final del evento a mi amigo le pedían autógrafos y tomarse fotos con él, mientras que a mí me ignoraron por completo.
La clave es la conexión…
Mi amigo siempre ha sido un gran comunicador, por lo que no era de extrañar que le haya ido tan bien, pero yo no entendía por qué había tanta diferencia en la respuesta del público.
Ahora lo sé. John Maxwell me lo ha enseñado y lo compartiré contigo.
“La Clave es la Conexión”, las 5 Claves
La respuesta se llama conectar con la audiencia. Y Maxwell nos señala cinco áreas en las que debemos trabajar para lograr esa conexión que describo de “La Clave es la Conexión”:
1. Encuentra puntos en común
Para lograr la conexión se deben enfatizar situaciones o circunstancias por las que la audiencia y tú han pasado, están viviendo en estos momentos o pasarán en el futuro.
Se trata de hacerlos sentir que estamos del mismo lado, que pertenecemos al mismo equipo.
Insisto, la clave es la conexión.
Recuerdo a un compañero de trabajo que se estaba postulando para un puesto de liderazgo en el sindicato. Su propósito era hacernos ver que era la mejor opción, desde su perspectiva él era más competente, inteligente y dedicado.
¿Y qué hizo para demostrarlo?
Proyectó en la pantalla la boleta de calificaciones de la universidad. Y nos presumió, si presumió, pues comentó durante su plática: “como pueden ver pase todas las materias con calificación arriba de noventa y cinco”.

Obviamente, aunque la clave es la conexión, esa no es la forma de conectar con la audiencia.
¿Entonces como encontramos esos puntos en común?
Te doy tres recomendaciones.
La primera averigua todo lo que puedas de la audiencia desde mucho antes de la presentación, para que incluyas en tu plática puntos comunes.
La segunda, llega temprano a tu presentación y charla con los asistentes. Al conocerlos encontrarás elementos comunes que puedes usar en tu presentación.
La última, has evidente a la audiencia que estás ahí para ayudarles, para darles soluciones, no para mostrar lo inteligente que eres.
2. Haz tu comunicación sencilla
Si haces un esfuerzo para que tu material sea fácil de entender eso se notara durante la presentación y la audiencia lo agradecerá. El hacer las cosas fáciles para ellos, refuerza la conexión.
En alguna ocasión asistí a un concurso de hablar en público. Uno de los oradores habló acerca de Don Quijote de la Mancha. El orador tenía una voz potente y su dicción era inmejorable. Su presencia en el escenario imponía.
Además, sus ideas estaban muy bien enlazadas y usaba palabras elevadas y elegantes.
Sin embargo, a pesar de todas esas cualidades no ganó el concurso.
Siento que el motivo de su derrota fue el uso de ese lenguaje elevado, podría decir incluso rebuscado. Y si la clave es la conexión, hablar para que no te entiendan, la conexión no se logra.
Su vocabulario lo distanciaba de la audiencia y por supuesto, no puede haber conexión si te separas de la audiencia.
¿Cómo podemos hacer la comunicación sencilla?
Usa palabras simples y cortas. Por ejemplo, no uses modificar, si puedes usar cambiar.
Otra recomendación es la de exponer el tema con una audiencia de prueba la cual, de preferencia, debería tener el mismo nivel de conocimiento sobre el tema que tu futura audiencia.
Después de exponerlo, pregunta si hubo algún punto que les pareció confuso o complicado. Si los hay, trabaja en esos puntos complejos para hacerlos más sencillos y comprensibles.
3. Crea una experiencia que disfruten
Tu mensaje puede ser muy claro. Te pudieron haber puesto atención y también comprendido el mensaje. Es más, hasta puede que hayan estado de acuerdo con lo que les dijiste.
Pero, ¿servirá de algo si no lo recuerdan al acabar la presentación o si no hacen algo con él?
Tu mensaje será olvidado con rapidez a menos que la audiencia haya disfrutado mucho tu presentación, en otras palabras, que esta haya sido memorable.
Al crear una experiencia que disfruten aumentas mucho la probabilidad de que lo recuerden y que actúen como tú se los pediste. Otra vez, la clave es la conexión.
Hace algunos años iba a presentar un pequeño discurso en una escuela. Una de las asistentes iba acompañada de sus dos hijos, los cuales tenían alrededor de 10 años.
Niños al fin, estaban inquietos y era evidente que no querían estar ahí. Inicie mi presentación y el proyecto a exponer tenía una introducción fuera de lo común.
Pedía que imaginaran que llegaba un platillo volador al estacionamiento y que de él bajaba un robot. Obviamente el tema no era de lo más común y además incluía muchos elementos de lenguaje corporal, incluido “el paso del robot” del baile “breakdance”.
Estos elementos hicieron magia. Los niños se sentaron y estuvieron atentos.
¿Qué puedes hacer para que tu presentación sea memorable?
Lo principal es ser innovador. Diferenciarte del resto de las presentaciones. Se va a necesitar tiempo y esfuerzo, pero el resultado valdrá la pena.
¿Cómo podemos innovar?
Una forma es compartiendo información que sea poco conocida pero sorprendente y relevante para el tema.
Otra idea es utiliza metáforas o similitudes poco convencionales pero relevantes. También puedes utilizar imágenes que sean de impacto, y que estén totalmente relacionadas a tu presentación.
4. Inspíralos
Si buscamos en la página de la Real Academia de la Lengua, encontraremos que uno de los significados de la palabra inspirar es sentirse motivado por alguien o algo para el desarrollo de la propia creación.
De eso se trata, de motivarlos para que se desarrollen, para que utilicen sus talentos al máximo. Y motivar, inspirar y alentar es básico cuando la clave es la conexión.
Imagina que tienes seis años y estás entrando a tu primer día de escuela. Un maestro malencarado recibe al grupo y les dice: “están ustedes aquí para cumplir el requisito de cursar la primaria.
Sé por experiencia que la mayoría de ustedes acabaran la primaria y trabajaran como obreros mal pagados. El resto ni siquiera terminará la primaria”.
¿Inspirador? ¡Por supuesto que no!
¿Qué tan probable es que los niños quisieran esforzarse para sacar el máximo provecho de la escuela?
Yo diría que nada probable, pues su futuro esta “definido” según lo que les dijo el profesor.
Tú tienes el mismo impacto en tu audiencia cuando te comunicas con ellos. Si no les haces ver que esperas mucho de ellos, no se logrará la conexión.

¿Qué podemos hacer para inspirar a la audiencia?
El primer paso es ver su potencial. Necesitas verlos como estarán una vez que hayan aplicado tus consejos, no en el nivel en el que se encuentran actualmente.
Ya que los puedas ver en su mejor nivel te será más fácil dar el siguiente paso: ayudarlos a qué ellos mismos se vean teniendo éxito, que se vean disfrutando de los beneficios.
Al impulsarlos a verse mejor de lo que son, crearas un vínculo con ellos.
5. Sé auténtico
Cuando tratamos de aparentar algo que no somos se nota.
Siempre hay algo que nos delata. La mirada, los gestos, el tono de voz, etcétera. Y las audiencias no son tontas. Perciben la falsedad y la rechazan.
Para conectar con la audiencia no necesitas actuar, ni pretender que eres otra persona. Lo que ellos quieren es ver es la mejor versión de ti.
Volvamos a la historia que te compartí al principio. Si hay algo que caracteriza a mi amigo es su autenticidad. Él pone en práctica lo que predica y lo ha hecho por muchos años.
Él y sus temas motivacionales son uno mismo. Cada consejo que da es porque ya lo ha puesto en práctica. En comparación, en aquella ocasión yo conocía el tema al cien por ciento, pero me faltaba esa “autenticidad”.
¿Cómo le damos a la audiencia la percepción de que somos auténticos?
Lo primero es mostrar congruencia entre lo que decimos y lo que hacemos.
Imagina que uno de los puntos de tu plática es la puntualidad, pero llegaste tarde al evento. Sin duda esta situación afectará la conexión.
Lo segundo es ser tú mismo, sin máscaras o falsas posturas. Si eres una persona alegre, muéstralo. Si eres una persona más reservada, compórtate así, pero te recomiendo que uses esas características únicas que te distinguen.
No pretendas ser alguien más. Al ser auténtico la gente responderá favorablemente y aumentará tu conexión con ellos.
Pero último, descarga —si aún no lo haces— el recurso gratuito que sabemos que puede ser un arma bastante eficaz para vencer el nerviosismo al hablar en público.
Y por si quieres echar un vistazo al libro de John C. Maxwell, te dejo el enlace de su libro: “Todos se comunican, pocos se conectan: Lo que las personas más efectivas hacen diferente”.

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